Novelas ligeras en español

viernes, 24 de febrero de 2017

Summoned Slaughterer capitulo 26

Debido a su decisión de prepararse para la guerra en un corto periodo de tiempo, la vida cotidiana de Hifumi se volvió bastante ocupada.

Tuvo que entrenar la formación de las tropas, preparar el equipo, diseñar una estrategia, y además de leer sobre los documentos relacionados con Fukaroru y sus aldeas después de haberse convertido en el nuevo señor feudal de la zona. También tenía que idear las futuras medidas políticas.

“Maa, lo que tiene que suceder, sucederá. El problema es que no estamos contabilizando los gastos. La cuestión es cómo manejar la situación con el fin de evitar la quiebra…” (Hifumi)

Monopolizando una de las varias salas de conferencias del castillo real, Hifumi, sin dar ni un solo paso fuera de la capital real, ha pasado el tiempo realizando sus funciones oficiales desde ahí.

El día de hoy, en esa habitación estaban 5 esclavos que habían sido comprados hace unos días por medio de Uraru.

Los esclavos, que fueron traídos de repente al castillo real, fueron invadidos por la ansiedad cuando estaban siendo ubicados en diferentes salas divididas por género.

Estas agitadas y graves circunstancias también fueron causadas por Hifumi, que sin darles ningún tipo de explicación, les dejo sin hacer nada mas que comer una magnífica comida y dormir.

Y luego, al día siguiente, después de haber visto el contenido del libro de contabilidad de ingresos y gastos del territorio del anterior vizconde, el cual le fue entregado por Sabnak, que los había traído desde el antiguo territorio del vizconde Hagenti, Hifumi llamó a una asamblea a primera hora de la mañana.

“En primer lugar, háganme el favor de sentarse correctamente. Ah, no en el suelo, sino en una silla.” (Hifumi)

Dijo eso a los esclavos que no sabían si tal acción estaría permitida y se quedaron de pie inmóviles.

Después de confirmar que todo el mundo estaba sentado, distribuyó varios fajos de papel a todos ellos lanzándoselos.

“Pues bien, ahora les explicare el trabajo que se supone tendrán que hacer por mí. Bueno, aunque se los he estado diciendo, dentro de poco iré a la guerra. Así que mientras tanto, ustedes aprenderán lo que está escrito en esos papeles.” (Hifumi)

“Esto, Maestro… ¿Qué es esto?” (Esclavo A)

Para la pregunta realizada por una esclava en un bajo tono de voz, Hifumi respondió con una mirada seria,

“Esos son los libros de texto que hice para ustedes.” (Hifumi)

Hifumi había escrito los métodos respecto al cálculo de la división, la multiplicación mediante el uso de las tablas de multiplicar, el cálculo del porcentaje, del tamaño y del volumen. También incluyó una manera simple de administrar un libro de cuentas.

Esos eran temas que no son enseñados a cualquier persona, solo a los más estudiosos de este mundo.

Como en su mayoría se trataría de impuestos tales como los impuestos individuales, no fue tan lejos como para ponerles cálculos difíciles.

Algo así como el porcentaje fue introducido por Hifumi por primera vez en este mundo.

“Quiero que ustedes trabajen como funcionarios públicos en mi nuevo territorio. Por eso, esta es la cantidad mínima de conocimiento que deben poseer.” (Hifumi)

Tomando los documentos en sus manos, les dijo eso mientras examinaba sus expresiones.

“¿Fu-fun-Funcionarios públicos? A pesar de que solo somos simples esclavos…” (Esclavo B)

“Si puedo utilizarlos, no importa si son plebeyos o esclavos. Sólo fui a la tienda de Uraru porque era la forma más rápida y más fácil de reunir personal con talento. Si me encuentro con otra persona cualificada en alguna parte, tengo la intención de emplearlas siempre que sea posible.” (Hifumi)

Después de haber escuchado atentamente el discurso que se podría llamar una explicación sobre el contenido, los esclavos miraron frenéticamente los documentos.

Ellos estaban preocupados de qué tipo de tratamiento recibirían si fallaban en eso.

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Toda la mañana fue dedicada a entrenar a los esclavos y posteriormente se transformó en auto-estudio.

Después de terminar rápidamente su almuerzo, Hifumi salió del castillo y se dirigió hacia la escuela de entrenamiento en la parte trasera del cuartel.

Aunque es llamada una escuela de entrenamiento, esta no es nada más que una parcela vacía excesivamente amplia que no se esperaría encontrar en una ciudad.

100 soldados y el grupo de Origa estaban esperándolo cuando llegó.

“¡Todas las unidades, alinéense!”

Levantando una nube de polvo por sus movimientos, 100 personas enderezaron sus espaldas.

Los soldados de cada unidad ya fueron informados de sus posiciones oficiales.

La primera unidad fue asignada como infantería, la segunda unidad como ingenieros de combate, y la tercera como la unidad de exploradores.

Cada unidad consistía en 30 soldados.

Los otros 10 soldados pertenecían a la unidad de suministros.

Hasta ahora, la división en Orsongrande era simplemente si eran infantería o caballería y si eran nobles o plebeyos. Por eso razón la organización de las tropas provocó desconcierto. Sin embargo, Hifumi no estaba preocupado ni un poco por este asunto y simplemente les dijo estas pocas palabras

“Funciona bien, así que así lo harán.”

“Hablando honestamente, como tengo la intención de utilizar el inicio de la guerra como entrenamiento, relájense y síganme. Ya que yo mismo matare a los enemigos, está bien que ustedes se dediquen a recordar sus funciones durante las diversas maniobras militares.” (Hifumi)

Como Hifumi dio este discurso como sustituto de un saludo, es obvio que causó una conmoción entre los soldados.

Incluso si hubiera un noble que les dijera que se dirigieran a sus muertes, ese noble no lo haría de una manera tan tolerante.

“Hifumi-san, ¿No disminuirá la moral de las tropas si lo pones de esa manera?” (Kasha)

Después de haber sido liberada del contrato de esclavitud, Kasha, que finalmente se había acostumbrado a la nueva forma de dirigirse a Hifumi, sonrió irónicamente.

El papel del capitán que dirigirá la primera unidad de infante le fue confiado.

“Está bien. Como se suele decir, la voluntad de actuar en algo hasta la muerte o de no hacerlo, no tiene nada que ver con tener o no tener la moral alta. Sobre todo porque los ingenieros de combate y la unidad de exploradores serán colocados en el centro de la formación y estarán siendo protegidos por los soldados de infantería, así que es probable que tengan mucho tiempo libre.” (Hifumi)

Haciendo caso omiso de Kasha, que se había resentido por tal rechazo, comenzó a explicarles a cada unidad sus principales funciones y métodos. Debido a eso, la segunda unidad estaba reunida en las cercanías. Mientras que a las otras unidades se les había ordenado correr y cavar agujeros a la espera de su turno.

Con Origa en el frente, la segunda unidad constituida de ingenieros de combate recién nombrados, se puso en línea recta frente a Hifumi.

“¿Hay alguien con experiencia de combate entre ustedes?” (Hifumi)

Debido a la pregunta de Hifumi, varias personas levantaron la mano. Después de terminar de escuchar las experiencias de cada uno, resultó que eran similares en todos ellos.

En pocas palabras, lo normal era que las partes en conflicto se reunieran en una llanura, sus tropas formaran líneas y que ellos se enfrentaran al mismo tiempo como si nada.

Antes del encuentro, cada uno de los comandantes en oposición tenía que decidir algún tipo de regla.

Entre los ingenieros, había algunos que participaron en batallas contra la raza de hombres bestia. Los hombres bestia los rodearon, avanzando como una sola unidad, sólo para atacarlos rápidamente y disminuir sus números antes de huir del frente.

Hifumi quedo muy perplejo.

No imaginaba que las batallas de este lugar consistieran en ese tipo de simples maniobras.

En relación con las circunstancias del combate, es probable que tuviera que elogiar a la raza de hombres bestia por ser superiores hasta el final.

“Entiendo. Olvídense de toda la experiencia de combate que han obtenido hasta ahora. Su deber es prepararse con el fin de ganar la guerra con facilidad. No oirán de mí palabras como formen una línea y a la carga.” (Hifumi)

“¿Prepararnos con el fin de ganar la guerra con facilidad?” (Origa)

Origa, que estaba de pie en frente, preguntó en lugar de los desconcertados soldados.

“Sí. Ahora les explicare de qué manera atacaremos la primera ciudad, así que escuchen con atención.” (Hifumi)

A partir de entonces Hifumi estuvo explicándole a cada unidad cuáles eran sus funciones y en que cosas tenían que organizarse. Además, también les enseñó el programa de entrenamiento que tendrían que seguir hasta el día de la partida.

“Ya que sólo seré capaz de venir a ver de vez en cuando, los capitanes tendrán que manejar las cosas con firmeza.” (Hifumi)

“¡Entendido!” (Alyssa)

Aunque Alyssa respondió enérgicamente, los soldados de la unidad exploradora, que ella dirige, no estaban en calma en lo absoluto.

El plan preliminar es que ellos obtengan rápidamente información sobre la estrategia del enemigo.

A pesar de que eso simplemente es algo de esperar, en este mundo nunca se ha llevado cabo.

Mientras escuchaba las conversaciones sobre sus experiencias en combate, Hifumi considero que la raza de hombres bestia podía utilizar métodos de exploración, pero como los enemigos en esta ocasión pertenecían a la raza humana, dejo estas consideraciones en una esquina de su mente.

“Bueno, ya que me voy, te los encomiendo a ti.” (Hifumi)

A pesar de que era un hombre, que en poco tiempo se convertiría oficialmente en un vizconde, y que no tenia ningún asistente junto a él, se fue despreocupadamente a la ciudad del castillo.

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Las personas que van y vienen dentro del castillo no sólo son funcionarios civiles y caballeros, como este es el centro político del reino había, naturalmente, un gran número de nobles de alto rango.

Muchos de ellos sabían quien era Hifumi y lo que hizo el día que vino a este mundo.

O mejor dicho, fueron testigos de ello.

Cuando se enteraron de que Hifumi dejó la capital real, se sintieron aliviados por un breve tiempo.

Pero inmediatamente después escucharon que iba a regresar de nuevo, entonces, se preguntaron qué tipo de error había ocurrido esta vez como para que él recibiera el tratamiento de un héroe y se convirtiera en un vizconde.

Los nobles, que estaban orgullosos de su linaje, pensaban dentro de sus corazones que él era solo un novato profundamente intolerable, aunque no lo decían cuando se encontraban con él cara a cara.

Por el contrario, temían que serían los siguientes en ser asesinados por Hifumi si imprudentemente eran escuchados hablar de el. Por eso, las conversaciones sobre Hifumi eran muy pocas.

Sin embargo, no había ninguna persona que no estuviera interesada en recibir información sobre el.

“Su alteza, nombrar al hombre llamado Hifumi a un puesto de tanta responsabilidad es un poco demasiado, esa es mi sincera opinión…” (Debordo)

Visitando la oficina de Imeria, un hombre cortés realizó una reverencia, mientras decía esto. Era un hombre llamado Debordo, el era el segundo hijo de la familia del Marqués Müntzer, que rige el territorio al sur de la capital real de Orsongrande.

(Una verdaderamente sincera opinión, ¿Eh?) (Imeria)

Imeria casi terminó poniendo en evidencia lo que estaba pensando mientras observaba a Debordo criticar repetidamente a Hifumi delante de sus ojos.

Por naturaleza Debordo tenía un carácter que hacia a las otras personas bajar la vista. Puesto que él no tenía la capacidad correspondiente para apoyar a su padre en su trabajo como Marqués, obtuvo el rango de vice capitán del tercer cuerpo de caballeros, lo que provocó que su carácter se volviera aún más fuerte.

La razón de ello no era su hábil manejo de la espada, ni siquiera se podría decir que era superior en eso. Más bien, fue puesto en ese lugar para que por el momento no pudiera causar ningún daño a su alrededor. Como él no tenía ninguna experiencia como soldado del regimiento y sin embargo se había convertido en vice capitán así como así, el estaba bajo la impresión de que era debido a su excelente constitución física.

“Ese señor ahora es el héroe de este país. Por lo que recibirlo con frialdad provocaría la revuelta de las masas. Además, mientras el problema con Vichy se este resolviendo, su fuerza será necesaria.” (Imeria)

“Algo así como la opinión de las masas no es de importancia, por no decir nada sobre el hecho de que somos nobles, no hay necesidad de que Su Alteza que es de la realeza les haga ningún favor.” (Debordo)

¿Este tipo realmente está diciendo esto? Pensó Imeria.

Para el Vizconde Müntzer es realmente una suerte que Debordo no sea su hijo mayor.

El hijo mayor, que es su hijastro, es el tipo de persona que maneja todo perfectamente sin sobresalir mientras lo hace.

Pero Debordo a menudo mueve la lengua.

“Por favor, déjeme el asunto sobre Vichy a mí, entonces con certeza la guerra terminara en poco tiempo” (Debordo)

Las intenciones de Debordo son fáciles de entender. Imeria juzgo.

Al lograr resolver el conflicto con Vichy, que para empezar fue causado por las acciones de Hifumi, tenía la intención de pedir la mano de Imeria en matrimonio como recompensa.

Su mayor rival, el hijo mayor de la familia del Marqués Raghlain, había muerto. Al parecer, él se consideraba “por voluntad propia” como el candidato más fuerte.

“Bueno, entonces, vamos a prescindir ese deber de él.” (-)

No fue Imeria quien le dijo eso a Debordo.

Fue Hifumi, que vino y entró en la oficina realizando una reverencia poco natural, mientras sonreía ampliamente.

“Bastardo, ¿¡Quién te crees que eres!? ¡En estos momentos estoy a punto de ser designado para una misión importante por su alteza!” (Debordo)

Debordo, que hizo conclusiones de manera arbitraria, gritó, causando que Imeria suspirara.

A pesar de que anteriormente estaba criticando a Hifumi, ni siquiera sabía como era su apariencia.

“Soy Hifumi del que estaban hablando hace un momento. Dejando eso de lado, Imeria.” (Hifumi)

“¿Qué pasa?” (Imeria)

“Me atrevo a decir que la sugerencia de este tipo es una idea bastante buena, ¿No le parece?” (Hifumi)

“¡B-Bastardo! ¿Cómo te atreves a hablarle así a su alteza!” (Debordo)

Estando avergonzado por no haber reconocido la cara de Hifumi, Debordo, se puso rojo desde el cuello hacia arriba debido a la ira, alzó la voz y trato de derribar a Hifumi. Pero la fuerza que utilizo para impulsar su hombro fue utilizada contra sí mismo y terminó cayendo al suelo.

“¡Este es un comportamiento grosero hacia un marqués!” (Debordo)

“¿De qué estás hablando si te has caído tu solo? Además, puesto que tú no eres el sucesor, tampoco deberías utilizar el nombre de la familia del Marqués.” (Hifumi)

“Gu gu” (Debordo)

Finalmente llegando al límite de su paciencia, Imeria interrumpió a Debordo, antes de que su cabeza se volviera de un oscuro color rojo sangre, y dejo salir las siguientes palabras.

“Müntzer, en este momento Hifumi-sama y yo estamos hablando. Retírate.” (Imeria)

“P-Pe-Pero…” (Debordo)

“No voy a repetirlo.” (Imeria)

Así como le habían dicho, Debordo salió de la oficina, mientras miraba a Hifumi como si pudiera matarlo con nada más que eso.

“Entonces, ¿Qué tipo de negocio tiene usted conmigo, Hifumi-sama?” (Imeria)

“Quiero conseguir su firma para este documento.” (Hifumi)

Con estas palabras, Hifumi saco el documento del almacenamiento oscuro y se los pasó a Imeria, ella los tomó con el ceño fruncido.

“… Déjame ver.” (Imeria)

En cuanto al documento, este se trataba de una petición de Orsongrande para la reconciliación demandando que le entregaran al espía Beirevura como principal sospechoso del incidente. Esta acción es necesaria antes de que cualquier tipo de negociación pueda iniciar.

“… Sólo esta demanda, este documento no tiene ningún acuerdo en lo absoluto.” (Imeria)

“A pesar de que pensé en ello durante un tiempo, no pude encontrar ninguna idea de cómo Vichy podría encontrar y arrestar a Beirevura. Creo que este documento podría arrinconar a Vichy hasta cierto punto mediante el envío de sus seguidores en el gobierno central.” (Hifumi)

“Tan pronto como reciban esto Vichy tendrá una razón para mantener las apariencias, ¿Verdad?” (Imeria)

“Si esto es cierto, pero…” (Hifumi)

Hifumi se sentó en la recepción preparada en la oficina y arrojó uno de los dulces horneados, que estaban colocados sobre la mesa, en su boca.

La dulzura se extiende suavemente dentro de mi boca, como cabe esperar del proveedor de la princesa, es un sabor verdaderamente refinado.

“Eso es lo que dice, pero todavía tiene la intención de buscar a Beirevura.” (Imeria)

“Soy un buen amo, ¿No te parece?” (Hifumi)

A pesar de que esa era la principal razón, se rió cuando lo declaró.

“Cada persona vive matando, ya sea directa o indirectamente, a medida que crecen. En sus casos, que fueron involucradas accidentalmente en ese engaño, en el engaño causado por partes humanas, ellas simplemente decidieron concluir este asunto matando a la otra parte. Sólo que en lo que respecta a la búsqueda, el es un rival molesto. Teniendo en cuenta esto, pensé que podría estar bien que esto se convirtiera en un trabajo extrañamente popular, si una útil recompensa podía ser proporcionada.” (Hifumi)

Mientras miraba a Hifumi, que lanzó otro de los dulces horneados en su boca, Imeria tomo la pluma y firmó el documento.

“En ese caso, con mucho gusto cooperare con usted.” (Imeria)

Si bien estaba soplando suavemente sobre el documento para que la tinta se secara, murmuró en una voz donde no estaba claro si se había podido escuchar o no.

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Luego de que 10 días pasaran y se terminaran los preparativos. La fuerza expedicionaria de Hifumi dejó la capital real con rumbo hacia Vichy.

Si lo hubieran hecho de la manera habitual, habrían salido de la ciudad magníficamente mientras dirigían las miradas del público sobre sí mismos. Pero dado que esa no era la intención de Hifumi, se dividieron en varios equipos y dejaron la ciudad sin llamar la atención, avanzando por la calle principal antes de que la noche se volviera amanecer.

Tales cosas como alimentos y materiales estaban siendo transportadas a la ciudad de Fukaroru que estaba situada cerca de la frontera nacional. El equipaje consistía en la mayoría de las armas de los soldados y también había muchos carros conducidos por la unidad de suministros albergando una gran cantidad de alimentos.

En el primer carro estaban Hifumi y el grupo de Origa, los tres capitanes, ellos estaban junto a Pajou que actuaba como representante de la princesa y testigo principal.

“… Me esta dando sueño.” (Alyssa)

“El sol no ha salido aún…” (Kasha)

Al parecer, Alyssa y Kasha aún no estaban completamente despiertas.

Teniendo en cuenta que eso daría un mal ejemplo para los demás como sus capitanes, era la decisión correcta traerlas en el primer carro, Hifumi pensó.

“Al llegar a Fukaroru, nos detendremos allí por una noche y luego partiremos de nuevo temprano en la mañana. Revisen el contenido de la estrategia adecuadamente.” (Hifumi)

“Um… Es la primera vez que escucho algo así como “Estrategia”, pero…” (Pajou)

Hifumi parecía sentirse incomodo por el formal comportamiento de caballero de Pajou.

“No hay ninguna razón para que haga nada. Además, en relación con la población, en general no estoy demasiado interesado en convertirme en algo así como un hombre de Estado. Incluso si provoqué enemistad desde el principio, me di cuenta de que no hay obstáculos en mi propia forma de vida, sólo que de esa manera seria perseguido en un abrir y cerrar de ojos por toda la vida.” (Hifumi)

“Pero…” (Pajou)

“Pajou ~” (Hifumi)

Deteniendo lo que estaba a punto de decir, Pajou miro a Hifumi a los ojos.

No había sentimientos amistosos allí.

Del mismo modo que en esa noche, donde se encontraron por primera vez, sólo había una profunda oscuridad, oscura y sombría como en el momento en que mató a esa gente.

“No voy a decir que estoy luchando por mejorar esta nación o por su pueblo. Después de todo no hay nada mejor que un territorio abundante para satisfacer mi deseo de luchar. Aunque no me importa si es por orden de tu país, pero si te vuelves un obstáculo para mí, te mataré.” (Hifumi)

Había sido un tiempo desde que tuvo que hacer frente a la sed de sangre de Hifumi. Pajou ni siquiera logró sudar.

Con la garganta seca jadeaba para poder respirar aunque dolorosamente.

De alguna manera se las arregló para pronunciar unas palabras sin apartar la mirada.

“… Yo, sólo voy a ser testigo de esta batalla.” (Pajou)

“Eso es lo que es y así es como debe ser.” (Hifumi)

Al terminar la conversación, Hifumi saltó del carro en movimiento y mientras corría paralelo al mismo, hábilmente se subió a su caballo.

Después de que Hifumi se había ido, el ambiente pesado dentro del carro se volvió un poco más ligero.

“Pajou-san” (Origa)

Origa la llamó mientras estaba bebiendo agua de un odre.

“… ¿Qué pasa?” (Pajou)

“Pajou-san, nunca ha sido hostil hacia Hifumi-sama, ¿No es así?” (Origa)

El estilo de esta conversación en sí era una advertencia.

Sin vacilar, Pajou respondió.

“Puesto que soy un caballero de Orsongrande, tengo que seguir con mi deber.” (Pajou)

“¿De verdad? En caso de que ese deber la lleve a convertirse en un obstáculo para Hifumi-sama… Por favor tenga en cuenta el hecho de que no sólo Hifumi-sama se convertirá en su enemigo.” (Origa)

Pasando próximo a las dormidas Alyssa y Kasha, Pajou quiso ir a montar un caballo también.

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