Novelas ligeras en español

viernes, 9 de junio de 2017

Summoned Slaughterer capitulo 33

Después de volver a la capital y completar la propuesta de Imeraria, había un montón de trabajo esperando a Pajou, sin darle la oportunidad de tomar un día libre.

Debido a que era necesario reconciliar al Tercer cuerpo de caballeros con los demás cuerpos de caballeros, se tenían que enviar muchos informes al departamento de gestión del castillo real.

Las oficinas del Tercer cuerpo de caballeros están al lado del castillo real. Este es el lugar que Hifumi había visitado antes para disfrutar un té con Pajou y donde el difunto Gothras inició una pelea con Hifumi.

En estos momentos, incluyendo a Sabnak y a Midas, Pajou había reunido a los miembros del Tercer cuerpo de caballeros que más o menos sabían acerca de Hifumi.

"Creo que es una apuesta peligrosa. Vichy solo ha logrado reunir de 10,000 a 20,000 soldados. Pero si ellos reúnen más que eso, no se sabe si ese hombre será capaz de detenerlos." (Midas)

Midas escuchó la explicación del plan que Imeraria adopto al seguir la sugerencia de Pajou. Después de flexionar los brazos y pensar sobre ello por un momento, él declaro claramente que sería peligroso.

"Entiendo su preocupación, Midas-senpai, pero aun así creo que es un buen plan. Incluso si Fukaroru hiciera algo como reclutar a los ciudadanos, aun así, no superarían los 20,000. No importa que tan poderoso sea un individuo, no podrá superar la diferencia de los números. Además, se puede decir que la guerra fue iniciada por Vichy, por lo que la parte de no antagonizar directamente a Hifumi-san es buena." (Sabnak)

Sabnak refutó la opinión de Midas.

Según lo que se ha hablado sobre Hifumi, el área que invadió es llamada extraoficialmente como "Nuevo Territorio", eso es porque se decidió que le darían un nombre apropiado hasta que la guerra hubiera terminado. Además, como consecuencia de que el sueño de los habitantes de dormir un día completo durante las fiestas se realizó, ahora están llenos de espíritu.

Después de que consideraron los pros y los contras de las opiniones de ambos, más opiniones vinieron, por no mencionar que ninguno fue capaz de ponerse de acuerdo. Pero como el plan ya había sido aceptado por Imeraria, además de tener que cumplir con sus deberes, se podría decir que su trabajo sería vigilar la situación.

"Supongo que no importa lo que digamos sobre la situación, como el plan ya ha comenzado ya es demasiado tarde." (Sabnak)

"No es así. Además, nos hemos reunido aquí para discutir sobre lo que haremos de ahora en adelante." (Pajou)

"¿De ahora en adelante?" (Midas)

Cuando considero que habían comprendido la situación, Pajou comenzó a hablar sobre el verdadero propósito de la reunión.

"Aunque esto es solo una predicción, creo que la etapa de las conversaciones de paz entre Imeraria-sama y el representante de Vichy probablemente se hará en Fukaroru o Aroseru." (Pajou)

Los miembros del cuerpo de caballeros entendieron perfectamente la predicción de Pajou.

De ninguna manera alguno de los lados querría viajar hasta la capital del otro. Además, de lo único que hablaran será de lo que harán con respecto a la situación, por lo que se acostumbra que las conversaciones de paz se celebren en alguno de los lugares que estén más cerca de la frontera del lado ganador.

En la situación actual, la única diferencia es si será en la nueva frontera o en la antigua. Todo el mundo está de acuerdo en que podría pasar cualquier cosa dependiendo de las circunstancias de la posguerra.

"Esta vez uno de los cuerpos de Caballeros actuará como guardias en las conversaciones de paz, pero no será el Primer cuerpo de caballeros, sino nosotros, el Tercer cuerpo de caballeros." (Pajou)

"¿Nosotros? ¿Por qué no pueden ser el primero o el segundo?"

"Sí. El primer cuerpo de caballeros da la sensación de que desafiarían a Hifumi. No queremos provocarlo innecesariamente. Además, no pueden dejar de vigilar el castillo real en el que se encuentra su alteza el príncipe... probablemente les darán una excusa como esa. El segundo cuerpo de caballeros tiene el deber de defender la capital. Puesto que hay algunas personas que usaran la conferencia como cubierta para incitar algo, el reino se debilitaría si se fueran." (Pajou)

Todos los miembros lo habían entendido y estaban armando un alboroto por la emoción de participar en un escenario tan grande.

A pesar de que todos están orgullosos de proteger la capital real y el castillo desde las sombras, tienen pocas oportunidades de poder participar abiertamente en un trabajo tan grande. Por lo tanto, no puede evitarse que se sientan entusiasmados cuando se les da la oportunidad de mostrar sus habilidades.

Pero, debido a las palabras que Pajou dijo después, la emoción de todo el mundo se calmó instantáneamente.

"Debido a que la realeza se unirá a la conferencia celebrada en la frontera, se ha decidido que como precaución se llevaran con ellos un ejército de varios miles. Y, dependiendo de las circunstancias... Hifumi-san podría ser eliminado." (Pajou)

"Na... ¿Qué clase de circunstancias?"

"Por supuesto que no debemos contar ni una sola palabra de esto a nadie, solo deben saberlo los que están reunidos en este lugar. Estos son los planes de Imeraria-sama: Si el perdió o está en una condición crítica por haber sufrido una lesión después de haber tenido éxito en el enfrentamiento con Vichy, debemos actuar como si le estuviéramos enviando refuerzos, y luego atacarlo desde atrás." (Pajou)

En la habitación que terminó cayendo en silencio, Pajou bebió un poco de té negro para humedecer su boca.

"Solamente los miembros aquí presentes iremos hacia allá. Después de que todo haya terminado, se anunciará que él se suicidó cuando se sintió arrinconado." (Pajou)

"No digas cosas tan absurdas. No hay forma de que unas cuantas personas puedan matarlo" (Midas)

Sólo Midas había visto la figura de Hifumi eliminando fácilmente a 10 asesinos. Ni siquiera en su imaginación podría ponerse frente a sus ojos.

"Por supuesto, eso será solo si él no se encuentra en excelentes condiciones, como el objetivo de la conferencia es llegar a un acuerdo de paz, esta llegará a su fin con el reconocimiento del derecho de Hifumi-san a poseer el territorio cercano a la Frontera nacional. Pero si la ocasión se presenta según lo previsto por el plan de Imeraria-sama, yo lo hare." (Pajou)

A pesar de haber sido ayudada durante las crisis, de haber trabajado juntos durante varios días y de ser nobles del mismo país, Imeraria y Pajou, en lugar de verlo como compañero, lo consideraban como alguien peligroso.

"Tal cosa..." (Sabnak)

"... Si ese es el deseo de Imeraria-sama, entonces lo hare. En cuanto a mí, sólo puedo orar para que el resultado sea en el que el obtenga el territorio del vizconde." (Midas)

Sabnak se quedó sin habla debido a su considerable sentimiento de fascinación hacia Hifumi. Mientras que Midas eligió aceptar las cosas indiferentemente.

"Pero, ¿Cómo sabremos en qué situación se encuentra? Terminaremos siendo percibidos antes de que podamos acercarnos a una distancia en que podamos observarlo, ¿No estás de acuerdo?" (Midas)

"En cuanto a eso, hay una persona a la que pienso pedir su cooperación. Si es ella, no habrá ningún problema en estar cerca de Hifumi-san." (Pajou)

"Eso es..." (Sabnak)

Como si de pronto comprendiera quién era esa persona, Sabnak miró a Pajou con incredulidad.

"Estoy consciente de que esto es un acto que va en contra de la humanidad, así que no me mires con esos ojos. Pero, no puedo pensar en ningún otro plan." (Pajou)

Nadie pudo estar de acuerdo o en desacuerdo con Pajou en esta situación. Y terminó la reunión del tercer cuerpo de caballeros.

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Ya habían pasado diez días desde que Hifumi y sus tropas llegaron a la nueva frontera cerca de Ródano.

Durante ese tiempo la mayor parte de la ciudad había sido reestructurada quedando solamente el alojamiento para los soldados y la fortaleza de la nueva frontera.

Con los habitantes aniquilados y los edificios casi completamente intactos, había montones de materiales para construir. Y con los enanos y soldados de ingeniería que fueron traídos, había un montón de manos disponibles.

No había manera de que no se hiciera uso de eso. Ignorando a los guardias fronterizos enviados por la capital que lo miraban con sospecha, Hifumi dio órdenes para realizar cambios en todo.

No importa cuántas casas desmantelaban, los enanos y soldados continuaban produciendo una cosa después de la otra todos los días, aunque no entendieran bien las explicaciones poco claras de Hifumi.

Pero este cotidiano estilo de vida llegó a su fin en el  undécimo día (11).

Ese día, Debordo llego cansado y sucio a Ródano en busca de refugio, asegurándose de no soltarse de su caballo.

Después de que fue puesto bajo custodia por el guardia fronterizo, inmediatamente se envió un informe a la persona con el rango más alto en la ciudad, Hifumi.

"Lo hizo de nuevo, ¿Eh?" (Hifumi)

¿Fue como predije en el momento en que lo vi yéndose? Mientras se reía, Hifumi dio unos palmaditas en los hombros del soldado que vino a informarle.

"Si lo recuerdo bien, ¿Debordo no fue enviado para preparar las conversaciones de paz?"

"¿Paz? Como el comité central de Vichy no tiene intención de que su país sea dividido, no será posible avanzar en las conversaciones de paz." (Hifumi)

En el momento en que puso contra el sol la carta manuscrita que Debordo poseía, Hifumi logró leer una parte del contenido. El comprendió que en esta situación los contenidos de esta todavía podían considerarse suaves, aunque se les pudiera llamar una provocación hacia Vichy.

"Si hasta tu pensabas que esa carta fue enviada con el objetivo de llevarse bien, supongo que esa persona ahora tendrá sus aspiraciones destruidas." (Hifumi)

Acompañado por Origa, que llevaba una cara llena de preguntas, Hifumi se dirigió a donde Alyssa para comenzar a desplegar a los soldados para una cuasi-guerra. El soldado que vino a informar salió de la habitación rápidamente.

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En un edificio, que anteriormente era una casa que se confiscó para ser utilizada como oficina, Debordo recibió tratamiento médico.

Uno podría decir que, aparte de que estaba fatigado no tenía ninguna lesión de importancia. Pero como el creo el infierno por un insignificante rasguño, se le hizo un tratamiento médico falso simplemente enrollándole vendajes.

Debordo, cuyos brazos estaban enrollados con vendas, descansaba sobre una cama. Pero se alteró al ver a Hifumi entrando en la habitación.

"¡Es tu culpa! ¡Debido a ti tuve que sufrir así!" (Debordo)

Después de devolver a Debordo a su cama, agarrándolo y pateándolo en el vientre, Hifumi dijo en voz baja.

"Informa claramente desde el principio hasta el final. Ya que de este lado también tenemos que lidiar con la situación. ¿Qué pasó en Vichy y con los guardias que te acompañaban?" (Hifumi)

"Guu~" (Debordo)

Aunque aún estaba resistiéndose Debordo comenzó a hablar. Aparentemente los guardias habían sido completamente aniquilados.

El mismo día que obtuvo el permiso para reunirse con el comité. Debordo entró audazmente en la ciudad Epinaru, donde el comité central de Vichy se reúne.

Al día siguiente pudo hablar con todos y cada uno de los miembros del comité. Estando ahí le dio la carta manuscrita a uno de los miembros del comité. Mientras los miembros del comité la estaban leyendo, el habló sobre la persona profundamente benevolente que era la Princesa Imeraria de Orsongrande, y de lo inevitable que era que él la obedeciera como un noble tan leal por toda la adoración que le tiene a ella.

Y después de que el comité arrojo la carta manuscrita, fueron atacados por los soldados del salón de conferencias, dijo él.

"Los miembros del comité de Vichy te culparon, bastardo, por venir a esta ciudad y matar a todos. No importa si fuiste tú, hijo de put*, el que atacó esta ciudad o no, ¡La guerra continuará mientras Orsongrande no te ejecute! Tu pisoteaste la bondad de Su Alteza... ¡¿ugh?!" (Debordo)

Hifumi agarró la cabeza de Debordo, que continuó moviendo su boca salvajemente, y la presionó contra la pared.

"Es particularmente conveniente para ellos culparme por destruir esta ciudad. Supongo que todos los guardias han sido asesinados. ¿Qué pasó con tus acompañantes?" (Hifumi)

"No lo sé... Ellos se quedaron esperando en la posada mientras fui a reunirme con el comité... Dejando eso a un lado, ¡S-suéltame!" (Debordo)

Mientras Debordo trataba de luchar violentamente para soltarse, Hifumi presiono fuertemente el pulgar y el dedo meñique contra su sien haciendo un sonido crujiente. Debido al dolor Debordo ya no tenía fuerza para seguir resistiéndose.

Durante ese tiempo, Hifumi sacó el documento que sobresalía del bolsillo en el pecho de Debordo.

Era la carta manuscrita que fue arrugaba antes de que la lanzaran de vuelta.

Después de abrirla rápidamente con una mano y comprobarla, esta sin duda tenía la firma de Imeraria. Al leer el contenido se dio cuenta de que este coincidía con lo que había leído cuando la puso contra el sol.

"Esto podría ser de utilidad más adelante. La guardaré." (Hifumi)

"Bastardo, esto me fue confiado por Su Alteza... ah... ¡Aaahhh!" (Debordo)

"Tu papel ha llegado a su fin. A partir de ahora yo jugare con los chicos de Vichy que has atraído, un actor que ha terminado su turno tiene que salir rápidamente del escenario." (Hifumi)

Mientras decía esto, Hifumi aumentó constantemente la fuerza en su mano. Sus dedos ya habían roto su sien y estaban enterrados en él.

"¡Nunca!... De-detente, no, por favor esto... gu gi" (Debordo)

Soltando un sonido húmedo *gushu* Debordo cayo en el silencio eterno.

"Origa. El enemigo estará aquí pronto. Ve a donde Alyssa y dile que comience las operaciones militares y que tomen sus posiciones." (Hifumi)

"Entendido." (Origa)

Origa, que observó calmadamente la muerte de Debordo, salió rápidamente de la habitación.

Cuando Hifumi dio la espalda a la habitación y se marchó, los guardias fronterizos ya habían sido instruidos por los soldados de Hifumi para que se refugiaran en la fortaleza.

"Bueno, pues, Imeraria. Parece que durante el tiempo en que estuvo en Vichy, la dama de la suerte ha visitado a ese tonto. ¿Tus cálculos salieron mal? ¿O lo has previsto hasta este punto? Al menos, que la carta manuscrita este aquí debe haber sido inesperado, supongo." (Hifumi)

Mientras guardaba la carta manuscrita en el bolsillo de su pecho, Hifumi se rio.

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Los soldados de Vichy persiguiendo a Debordo alcanzaban los 300.

Como habían recibido información de un espía, sabían que el ejército privado de Hifumi era de unos 100 soldados, por lo que el objetivo era mover la mayor cantidad de fuerzas militares disponibles y marchar inmediatamente.

Las tropas fueron organizadas y reunidas desde los ejércitos privados de los miembros del comité, aunque carecían de liderazgo, tal cantidad era excesiva para perseguir a un solo enemigo.

"Pronto estaremos en la ciudad de Ródano."

A las palabras del ayudante, el hombre que dirigía a las tropas como oficial al mando asintió en silencio.

Mientras avanzaba en su caballo, este hombre planeaba aprovechar esta oportunidad para retomar Ródano.

Aunque su orden es perseguir y arrestar al mensajero que huyo hacia Orsongrande, si sucede que su presa se refugia en Ródano, sería posible dar la excusa de que no había otra manera más que retomarla.

Por el bien de esta excusa, mantuvo baja la velocidad de la persecución, razón por la cual Debordo pudo regresar vivo a Ródano.

"A pesar de que la ciudad está a la vista, no parece haber ningún guardia..."

"Es el lugar en el que insisten sea su frontera nacional. Supongo que saldrán del otro lado de esa puerta. ¡Todos, saquen sus espadas y prepárense para el combate! ¡Mataremos a los enemigos que salgan de esa puerta!"

Mientras escuchaba los gritos de los soldados que estaban de acuerdo con sus instrucciones, sus expectativas aumentaron al imaginarse la posibilidad de convertirse en el señor feudal de alguna ciudad-estado si él recapturara con éxito Ródano.

Esas expectativas impulsaban la espada del hombre.

Los 300 soldados formaron una línea y el primero de la vanguardia se precipito hacia Ródano.

Después de que la mitad de ellos empezó a correr, justo cuando el comandante decidió avanzar en su caballo, empezaron a surgir gritos del grupo principal.

"¡Qué pasa!"

Un mensajero vino corriendo desde el frente. Debido a que una cuerda se estiró en el camino, varios soldados se tropezaron y fueron pisados por los siguientes, resultando heridos.

"¡Qué tontería! ¡No ven lo que hay debajo de sus pies! ¡Diles que disminuyan la velocidad de la invasión!"

Mientras gritaba con rabia, el comandante pensó que había sido bueno quedarse detrás de la vanguardia.

Si se hubiera caído del caballo y quedado bajo sus pies, dejando de lado la vergüenza, el recibiría lesiones graves y en el peor de los casos no sería poco probable que muriera.

Al disminuir la velocidad, mientras avanzaban lentamente hacia la ciudad, los soldados de Vichy quedaron atónitos al ver su estado.

Incluso el comandante, que entro después, se sorprendió al ver la extraña escena que tenía frente a él.

Al entrar en la calle principal por la puerta de la ciudad, se deberían poder ver muchas tiendas florecientes cuando la ciudad está llena de gente.

Pero como no había ni una sola persona allí, comprendieron que el lugar estaba desierto.

Sin embargo, las entradas de todos los edificios habían sido cerradas con tablas clavadas. Incluso los callejones entre los edificios fueron bloqueados con madera hasta la altura de la cintura.

Era casi como si les dijeran que sólo había un camino que tomar.

Y, a lo lejos, un hombre con ropa inusual estaba de pie a unos 500 metros por delante de la vanguardia.

El hombre tenía en su mano derecha un arma delgada que apenas podría considerarse una espada. El hombre, de pie en una postura relativamente relajada, los llamó lentamente.

"Caballeros del equipo de persecución, es muy amable de su parte venir hasta aquí. Pero es innecesario que se presenten. Dense prisa y vengan. De todos modos, serán asesinados" (Hifumi)

Era simplemente un solo hombre provocando temerariamente a 300 soldados, por lo que el comandante dio la orden de avanzar mientras se reía burlonamente.

"¡Solo es un gran tonto! ¡Mátenlo de inmediato y utilicémoslo como una oportunidad para que nuestro país contraataque! ¡Vayan!"

El grupo principal preparo sus espadas y comenzó a correr.

Este fue el comienzo de la segunda masacre llevada a cabo en la ciudad de Ródano.

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